viernes 24 de junio 2016
Una playa poblada de colores manufacturados en países lejanos. Un horizonte rajado por chiringas feroces arrastrando testosterona. Una danza que paulatinamente amenazaba con devorarse al sol candente del mediodía. Me amparé en un par de audífonos que me derramaban canciones de hace 4 años en la sien. Así superé las miradas que posiblemente me disparaban juicios inéditos que atentaban contra mi libertad. Oscilé entre impulsos realengos y control domesticado. Se me zafó media carcajada pero todavía no me permito reírme sola en público. Como si bailar media hora a la merced de esos rayos solares no bastase, comencé a correr.
0 Comments
Leave a Reply. |
P. P. P.Ahora: cada día tiene su pie forzado, lo importante es seguir, sin forzar demasiado Archives
November 2022
Categories |