miércoles 29 de junio 2016
Una visita breve y vigorosa, no me interesaban ni la brisa sutil ni la espuma ligera. Me sentí libre desde que pisé la arena, allí no había nada más que hallar. Urgía ensayar la libertad en las escalinatas de mármol blanco frente al atlántico mar, donde los fantasmas de tantas voces ignoradas obstaculizaron mi búsqueda. Ya no sé si hablar de mí o de nosotros… Usualmente una ola sola es incapaz de derrumbar un muro. El embate persistente de un sinnúmero de olas que vienen y van son las que ocasionan el colapso de una estructura que nunca debió ser.
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martes 28 de junio 2016
Ando buscando nuevas palabras para captar el color del mar de hoy a las 6:30 de la mañana, porque azul marino no basta. Un azul amanecido, un azul con morriña, un azul que acaba de vislumbrar su propia belleza en su inmensidad, un azul apostando a la libertad. Mar turplatequezul. Mar cobalzafirul. Mar platindiguesa. Mar dorazuquesa. Me pongo a dilucidar enigmas cromáticos cuando me he propuesto documentar movimiento. Me pongo a politizar cada paso cuando lo que quería era sanar bailando. Hoy respiraba sin reparos, saboreando el aire fresco por si nos toca inhalar Naled en un futuro próximo. lunes 27 de junio 2016
Temo que se me agoten las palabras… Me veo obligada a cavar más hondo para extraer verbos que destilen gota a gota la esencia de mis pasos sobre la arena. Me veo obligada a zambullirme más profundo para arponear adjetivos que naden al compás de mis movimientos erráticos. Me veo obligada a trepar más alto para avistar sustantivos que vuelen a la altura de mis anhelos. Me veo obligada a cazar en más silencio aquellas preposiciones que logren enlazar mis utopías con la realidad. Me veo obligada a leer más prensa para anclar el turquesa de nuestro mar en la actualidad. domingo 26 de junio 2016
Bailar para huirle a la soledad. Bailar de noche para celebrar la soledad. Bailar sola para sentir la compañía de las estrellas. Bailar bajo las estrellas para escuchar al viento. Cantarle al viento para creerme acompañada. Dejar mis dudas en remojo y seguir bailando y esperar hasta que se ablanden para esculpirlas a mi gusto. Sentí que un tímido coro siempre había habitado en mi caja torácica y que hoy finalmente decidió cantar conmigo. En el oscuro fresco de esta noche isleña cualquiera despliega el contenido de su cosmovisión ante las olas sin titubear. Cualquiera haya el cotidiano esplendor costero. sábado 25 de junio 2016
Me cogió la madrugada bailando a la orilla de una vellonera. No visité el mar excepto con la mirada y el coraje de quien ve a su gobierno repartiendo la costa como un bizcocho expirado de supermercado, de los que saben bien malos. Mañana seguramente bailo con doble vigor, porque me trato de informar, trato de meterle el diente al Proyecto de la Cámara 2853, pero es este quien me lo mete a mí. No sé si no entiendo o si no quiero entender. "El dueño de la propiedad gravada no podrá menoscabar la servidumbre constituida…” ¿Tendré que estudiar derecho? viernes 24 de junio 2016
Una playa poblada de colores manufacturados en países lejanos. Un horizonte rajado por chiringas feroces arrastrando testosterona. Una danza que paulatinamente amenazaba con devorarse al sol candente del mediodía. Me amparé en un par de audífonos que me derramaban canciones de hace 4 años en la sien. Así superé las miradas que posiblemente me disparaban juicios inéditos que atentaban contra mi libertad. Oscilé entre impulsos realengos y control domesticado. Se me zafó media carcajada pero todavía no me permito reírme sola en público. Como si bailar media hora a la merced de esos rayos solares no bastase, comencé a correr. jueves 23 de junio 2016
Hoy la orilla era de loza y cloro. Hoy defendí sin pena los derechos de la imaginación. ¿Quien dice que un corrillo embriagado lanzándose de espalda en una piscina no son la semilla de un futuro mar? “Cuidao’ que el mar está picao'.”—comentó alguien. Y así fue, uno de los oleajes más salvajes desdé que inicié mi práctica líquida de movimiento lo presencié en una piscina. Y así fue, recibí la media noche creyéndome caballito realengo de mar, o delfín frustrado o foca enamorada. Una danza lúdica y social en la cual forjaba un nuevo código de conducta bestial. miércoles 22 de junio 2016
Hoy declaré un receso… receso de la orilla, receso de bailar, receso de buscar, receso de experimentar, receso de imaginar, receso de analizar, receso de dudar. Hoy declaré plena calma con el mero hecho de estar viva hoy. Hoy declaré una tregua con lo que fui y lo que soy. Hoy declaré un estado de paz y claridad. Contemplé transeuntes desde la ventana de un café, me cobijé entre conversaciones transparentes y banales, y le redacté cartas de amor a mi sombra con cada paso, hasta que cayó la noche, salió la luna y volvió el insistente miedo de errar. martes 21 de junio 2016
AM: El sol aún escondido a diestra, la luna llena y pertinaz a siniestra. Receta precisa para brujería de la necesaria. Los rugidos salados devoraban mis dudas, y así por un instante fui espuma. Un visitante atisbaba los secretos del horizonte con sus remos y entonces la corriente me revelaba los suyos. Yo bailaba disfrazada de orilla mientras el sol se asomaba en saltos abruptos que se sentían como si me estuviese fotografiando con flash. El sargazo mojado bien podría ser el llanto cristalizado de un pulpo asustado, o las pestañas desprendidas de un pueblo que no deja de llorar. PM: Fue algo como la efímera visita de una bestia marina a la orilla de un paraíso costero, paraíso por la espuma tibia, paraíso por el tierno canto de tambores, paraíso por las flores exóticas que desfilaban en la arena, paraíso por el sargazo con guille de cabello paraíso por la inmensidad tupida de las nubes, paraíso por las olas opacas que insistían con verdor de antaño pero ante todo, paraíso por la gente que dijo presente paraíso porque seguimos creyendo en el arte paraíso porque seguimos resistiendo el embate paraíso por la luz que brota si la seguimos desenterrando. lunes 20 de junio 2016
Otro día de visitas técnicas a la orilla. Llegué a pensar que llevarle corriente y luz eléctrica a algo tan vivo como la orilla era un acto redundante. Ahora aprecio la tecnología como componente relevante y justo cuando se trata de agudizar nuestra relación con la naturaleza, cuando se trata de celebrar escenarios cotidianos, cuando se trata de crear nuevas posibilidades ancladas en nuestra realidad geográfica, cuando se trata de proyectar vida más allá de nuestro alcance óptico. Llegué a bailar tarde en la noche, como quien preferiría no tener cuerpo. Intentaba intuir lo que quería transmitir durante el performance. |
P. P. P.Ahora: cada día tiene su pie forzado, lo importante es seguir, sin forzar demasiado Archives
November 2022
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