viernes 15 de julio 2016
Arena entre los pasillos de mis pies, y ahora entre mis sábanas, reliquia granulada de la persistencia y de la diaria veneración salada ayer, a un mar que se desbordaba de oro y turquesa. hoy, a un mar que se ahogaba con su propia oscuridad. Otra visita coartada por un divino cansancio que me propiciaron el pico, la pala y el placer. Acompañada por una bolsa plástica que me interceptó en el camino y que se atragantaba de viento antes de cumplir con destinos nefastos, como colmar el vientre de un ballena hasta vararla en la orilla de mis pies.
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P. P. P.Ahora: cada día tiene su pie forzado, lo importante es seguir, sin forzar demasiado Archives
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