sábado 20 de agosto 2016
Amor como haiku, exploración sabrosa de mar y lengua. Desperté tibia, caseta que sofoca, cápsula de paz. Chapuzón de mar, la salada realidad que nos despierta. Rodeada de cien varones boricuas sudando fútbol. Ellos jugando con camisas azules de un club de Caguas. Ejercitando para ser ganadores no saben perder El sol me pegó. Le di el otro cachete pidiendo besos aunque se agriete este arsenal sagrado de piel bronceada. Así me muevo, descolonizándome con arma gratis. Siempre retando tu mirada y mi cuerpo. Así crecemos. Atreviéndome, empanarme de arena, convertirme en sal, reírme sola, probar besos prohibidos, darme permiso.
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P. P. P.Ahora: cada día tiene su pie forzado, lo importante es seguir, sin forzar demasiado Archives
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