lunes 18 de septiembre 2017
casi logré bailar sin juzgarme. casi. era de noche y la luz del parque se había fundido y me creía casi invisible, casi libre. también andaba con música y audífonos, lo que nunca. y de vez en cuando me enchufaba a una estrella, como para recargar y seguir. esta sesión fue más larga y sabrosa y fajona de lo usual. hard times require serious dancing, según la portada de un libro de poemas de Alice Walker que descubrí hace años. ———————-- Jason y su amigo aún no saben donde pasarán la tormenta. Como Jason estaba deprimido y se le metieron en sus asuntos y no se pudo controlar y empezó a lanzar puños, lo botaron del Centro y volvió a la calle, cosa que según él, le pasa a cualquiera. ¿Y su familia? Están allá afuera, en Texas. Su hermana trabajaba en el Hospital Pavía por 16 años, cerca de la parada donde ahora me narra sus 30 años de vida con una sonrisa de alcohol, marijuana* y algo parecido a la esperanza. Ella se fue porque se enfermó y aquí no encontraron la causa. ¿Y sus padres? Murieron. ¿Los dos? Sí. Eran adictos. También me dice que le gusta leer, que está entero. Lo último que se leyó fue Los Cuatro Acuerdos, allá en el Centro. Le dejé uno de los dos libros que me acababa de comprar para el huracán, de Frank Baéz, Lo que nos trajo el mar. Entonces su amigo se despierta sonao de la siesta y me dice que oye pero que qué cosita más linda que soy. *sintética
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P. P. P.Ahora: cada día tiene su pie forzado, lo importante es seguir, sin forzar demasiado Archives
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