jueves 4 de agosto 2016
Valentía de no saber a dónde voy y seguir andando cobardía ante las garras de cualquier compromiso. Agradecida por los cangrejos que me levantaron con el crujir de su noble oficio en los perímetros de mi caseta. Patas desmembradas de cangrejo salpicaban mi escenario, las migajas de un gran banquete ornitológico. Noto que esta orilla hospeda más caracoles, más vida, lógicamente por su privilegiada ubicación entre una reserva marina oficial y un bosque costero guerrillero. “Beautiful. Mind, body, soul.” —comentó un gringo. La piel de la marea susurraba los secretos del viento. Mi pereza muscular no cooperaba con mis ambiciones.
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P. P. P.Ahora: cada día tiene su pie forzado, lo importante es seguir, sin forzar demasiado Archives
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