viernes 30 de diciembre 2016
Su cuerpo vencido y virulento sobre el piso de madera. El abanico de techo a todo fuete. La casa vacía. El calor de la tarde. Todos los elementos para hacer del tiempo un inocente invento. El silenció blanquió la madera y la hizo papel. El aire fresco le seco la piel. Fue así que las piernas adoloridas de la paciente se convirtieron en pinceles que dejaban rastros de acuarela al andar, pintando el rumbo con sus pasos sobre el suelo blanco, forjando un futuro incierto a color. Eso fue precisamente lo que le recetó el doctor para aliviarle el dolor
0 Comments
Leave a Reply. |
P. P. P.Ahora: cada día tiene su pie forzado, lo importante es seguir, sin forzar demasiado Archives
November 2022
Categories |