sábado 10 de diciembre 2016
Dedicatoria: A quienes hayan sentido alguna vez un vacío insondable y hayan intentado rellenarlo con lo que ya son. Microcuento: Cuando su habitación se llenó de luz, la belleza le suscitó memorias estranguladas por el dolor habitual, pero con los rancios recuerdos el huésped llenó un caldero y encendió el fuego. Lentamente se cocieron sus inviernos hasta derretirse y caramelizarse. Fue entonces que pudo saborear el pasado sin perder el aliento y sentir el paso del tiempo sin contemplar el final. Epílogo: Hace ya muchos años desde que el huésped se quedó y montó un kiosco para vender sus caramelos.
0 Comments
Leave a Reply. |
P. P. P.Ahora: cada día tiene su pie forzado, lo importante es seguir, sin forzar demasiado Archives
November 2022
Categories |