martes 11 de mayo 2021
pie no tan forzado: escribe por 30 minutos, compártelo tal cual. no hay energía para delimitar la intención de las palabras, tal vez se trata de que salgan y se suelte un chin el pecho. cuando se aprieta es porque hay algo que decir aunque no se sepa muy bien qué. se puede decir que hay un vacío enorme que se llena con sílabas, y que eso también es vida. es tan vida como hacer la fila del banco, o como no hacerla y gestionar desde el celular. es tan vida como barrer el piso cada día o no barrerlo por varias semanas. es tan vida como consumir demasiado de esa droga que te derrite la piel. tan vida como buscar el nombre de esa droga en google y no encontrarlo. tan vida como sentir vergüenza por no saber cual es. este escrito podría tratarse de definir qué es vida y qué no lo es. o podría ayudar a derrumbar el sistema binario de entendernos. describir en vez el espectro de colores entre los dos extremos que no son ni dos, ni son extremos. tan vida como aguantarse las ganas de mear porque estás escribiendo y no ha sonado la alarma de los treinta minutos. han pasado más de 15 y ya measte, qué alivio. claro, escribo de ti y no de mí por eso de que no me confundan con una narcisista, porque eso sí que es imperdonable. hablemos pues de lo que se ha perdido, o de lo imposible de perder si han caducado los binarios. mi gran pregunta es si podría en efecto caducar todo aquello que es esto y no lo otro. entonces sin darte cuenta entras en el campo de la filosofía que te es tan ajeno y tan irremediablemente humano. ¿a quién le importa lo qué se piensa si lo que hay es feminicidio y duelo? ¿droga, punto y coma? ¿deuda y el pasar de tiempo? ¿colonialismo y fatiga? las preguntas no se componen solas, y podrían prescindir de coherencia ya que lo que se vive tampoco la tiene. esto es definitivamente mejor que escribirle mensajes de texto a quien no le importas. ¿será este escrito una distracción para no meter las patas otra vez? o mejor dicho, para meterlas en un río de tiempo esculpido por ti. las ciudades están llenas de ríos elaborados por manos ajenas al fluir. y qué sé yo de esas manos, y qué se yo del fluir. sé del estancarse. me estanco con más gracia que nadie puñeta. y del agua estancada siempre brota vida, aunque sea vida indeseada. al fin llegamos al deseo. todo este escrito es un manifesto del deseo. el deseo de valer la pena, o de prescindir de ella. el deseo de escuchar voces que no sean la mía. cómo la de ese pájaro que lleva cantando horas pero ahora es que le escuchas. todavía me da vergüenza no saber identificar el canto de los pájaros. tiempo. detenerlo.
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P. P. P.Ahora: cada día tiene su pie forzado, lo importante es seguir, sin forzar demasiado Archives
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