lunes 22 de agosto 2016
Nuestro tiempo es preciso, precioso y no existe. El miedo al miedo me robó el sueño. Para recuperarlo casi salgo de mi caseta antes que el sol con machete en mano a visitar la orilla, como si supiese usarlo para defenderme de enemigos anónimos. El machete permaneció caliente bajo mi almohada inexistente. Finalmente me dormí hasta que los cangrejos me espantaron los sueños. Diligentemente socavaban la huella de mi caseta y los cimientos de mis dudas. Según la arena, el alfabeto de mi cuerpo consiste de círculos incompletos Pues fue así que mis pies le narraron la noche al día.
0 Comments
Leave a Reply. |
P. P. P.Ahora: cada día tiene su pie forzado, lo importante es seguir, sin forzar demasiado Archives
November 2022
Categories |