domingo 13 de marzo 2016
La tibia arena me esperaba nivelada y compacta, un escenario como manda Dios (o la Pachamama). El horizonte chillaba naranja. El cielo pesaba de gris. El mar susurraba un verde ancestral. Yo me desquitaba. Pero las contradicciones no—ellas permanecían firmes en su denuncia a mi ser. Y los naranjas se agudizaban, y los grises rugían, y los verdes también. Mientras tanto yo recibí la lluvia repentina como plántula sin raíz. Mojaba mi piel pero no mi esqueleto. Mojaba mis movimientos pero no mi ser. Y así permanecí, como quien intenta despojarse de un antifaz. Llena de tierna rabia y dulce ambición. A la vez lúcida y nublada. jueves 18 de marzo 2016 Hoy la orilla lloraba sargasso mientras yo le secaba el sudor con los pies. Aprendí que mi sombra a las siete habla más que mi sombra a las seis. Y que no hay nada malo con rezarle al mar, y con afirmar quien soy, aunque a veces esté compuesta de espuma y otras veces de sal. Un buen recuerdo de lo efímero, de lo pasajero. Quiero que me recuerde la historia, ligera como la espuma, pesada como la arena. Y si no me recuerda, pues que me recuerde el mar, que a otros también vio pasar. sábado 16 de abril 2016 Mi cuerpo es la pintura. Consignas. Cansarme. Balance incondicional y caidas perdonadas. Entre las polaridades de mi hogar y el mar. Morir en la orilla como algo digno. Que el esfuerzo en si vale la pena. Que el proceso vale la pena. Que cada día e instante vale la pena. Que las cosas tal cual son son suficientes. Que quiero que haya orilla para caer muerta. domingo 17 de abril 2016 Hoy bailé con el peso de la envidia y la auto-crítica. Hoy busqué sin encontrar. Los ojos ajenos se sentían como puyas oxidadas que me atravesaban el alma frágil y salada. Traté de escuchar el mar, pero mi ruido interno no lo dejaba hablar. Me sentía atrapada en una serie de movimientos falsos y plagiados. Anhelando compañía y colaboración, pero cada día encerrándome más en mí. Se siente peligroso este rumbo. Este encierre. Es hora de pedir ayuda y colaborar. Pero voy a seguir presentandome ante el mar, a ver que encuentro. jueves 28 de abril 2016 El sargaso y yo nos volvimos a encontrar. Aún no se lo habían llevado. Presumo que si nace en el mar y las olas no los obsequian cada mañana, no nos corresponde recogerlo con tractor. Ya me está empezando a traer paz esta rutina mañanera. Ya el que dirán no me inhibe tanto. Exploro, juego, hago lo que me da la gana. Son inconsecuentes los trazos que hacen mis pies en la arena, pero eso no significa que los dejaré de hacer. domingo 9 de mayo 2016 Las pencas me levantaron hoy. Conspiraban con el viento para despertarme. Para invitarme a bailar. Corrí de puntitas, trazando las curvas del mar con mis pies. Y use mi voz, un poco, para soltarme más. Eso, es eso lo que busco. Soltarme más hasta convertirme en agua, cielo y arena. Quisiera no tener que pretender que nadie me mira. Quisiera aceptar que me miran y que no pasa nada que me miren. Que es realmente inconsecuente lo que se diga de mi. Me preguntó alguien que qué era lo que yo hacía, si era algún tipo de baile, que si tenía nombre. Yo le dije que hago “lo que sea.” Quiero mejorar mi respuesta. Pero iré entendiendo a la marcha. Uno es lo que hace y ya. miércoles 11 de mayo 2016 Gringo: -“¿Are you a dancer?” Yo: -Sometimes. Gringo: -“Your dancing is beautiful.” Gigi: -Hola. Hola. ¿Tu eres bailarina? ¿Tú das clase o coges clase? Yo: -Yo hago esto. Pero si, he tomado clases. Gigi: ¿Haz bailado con Viveca? Yo: No, pero sé quien es. Gigi: Me gusta tu estilo tan libre. Yo: Pues eso, estoy ensayando la libertad. …resulta que Gigi es la hija de Lilian Cátala, la primera que me dio clases de ballet en su estudio en Miramar. Hoy me dieron más buenos días que nunca. Hoy no quería moverme, pero lo hice. Voy a confíar que hay algún aprendizaje en la disciplina. Si no tengo palabras para algo, ¿es válido? viernes 13 de mayo 2016 Un tinglar me dejó sus huellas justo al frente de donde bailo. Llegó a la orilla, la inspeccionó, y se volvió a ir, sin desovar. “Eso es energía,” me dijo alguien. Igual no me quería mover, pero lo hice. sábado 14 de mayo 2016 Hoy me dejé llevar un poco por las olas. Me dejé rodar contra la orilla. Dibujé en la arena, pero no entendí las figuras que salían. Hay algo más ahí que puedo investigar. Hacer bocetos en la arena, dejar trazos. él: “Tu sí que que trabajas mucho, eso que haces es una especie de yoga?” yo: “Es una búsqueda personal.”
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P. P. P.Ahora: cada día tiene su pie forzado, lo importante es seguir, sin forzar demasiado Archives
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